Mis aguas vuelven a encauzarse.
«Desearía estar sobrio
Para poder ver claramente
que la lluvia se ha ido.»(J.B)
Para mis queridas amigas y compañeras de estudio del recordado colegio secundario de mujeres «Angélica Palma Roman»
Mis aguas vuelven a encauzarse.
Pescando buñuelos en tardes de chelo
retornan en mi mente
los ficus de joven bosque
remembranzas juveniles, jocundas,
oriundas de abriles;
Pintados en campos de colores párvulo.
Mi jardín aun conserva
el simiente de primaveras
en verdes campos, vestigios aquellos.
El aire que sopla, me trae a la memoria aquellos años
de juventud que aun titila;
deposito de antaño que aun palpita,
en follaje de oro, robledal y brizna.
Siento en mis manos la nieve vieja y el terreno seco.
Se extraviaron palabras con el pasar de prisa.
Recuerdo bien, fue nuestro tiempo un aliado.
Si hubiéramos cruzado la orilla
el mar y sus olas no hubieran desandando el olvido
y la savia de los bosques absorbería liquidas reliquias.
Voy cocinando candidez en sartén hirviendo
para el sazonar de recuerdos.
¿Recuerdas nuestras danzas bajo el alba del día?:
– yo te recuerdo sin prisa.